Editorial Amarante

La rutina de un catedrático emérito de Medicina —el autor— se rompe al descubrir la existencia de una parte desconocida de la vida de su madre, Sara Guzmán, como precoz violinista, pianista y compositora. Para revitalizarla, dedica todo su tiempo y todas sus fuerzas a desvelar ese pasado, y su propia vida cobra nuevo sentido en la fase crítica de la jubilación en la que se halla, más aún estando inmerso en la pandemia COVID-19 que atenaza su salud. En la obra hay dos aventuras paralelas: el descubrimiento de los hechos y el modo cómo los descubre e interpreta el autor. Utilizando el método detectivesco que siempre ha aconsejado a sus alumnos de la facultad de Medicina para llegar al diagnóstico de una enfermedad, rastrea, interpreta y relaciona las noticias sobre Sara Guzmán que aportan los periódicos de la época (todo estaba en los periódicos), busca en archivos, incluso se encierra en un convento y trata de encajar las piezas de ese puzle para así poder reconstruir una historia que su madre ocultó. Y llevado por esos descubrimientos, el autor siente también la necesidad de recordar y reinterpretar sus propias vivencias familiares durante los pocos años que la conoció, hasta que un suceso truncó la vida de ella y marcó para siempre la de él. Una verdadera catarsis.

Melodías del ayer inundando la obra de Francisco Javier Laso. El silencio de una artista. La pianista Sara Guzmán por Isamar cabeza vía Acalanda Magazine