Editorial Amarante

Cuando nos preguntan cuántas vidas y obras de escritores nos explicaron en nuestro paso por el colegio y el instituto, podemos responder un sinnúmero de nombres propios. En cambio, si nos preguntan la cantidad de escritoras que nos enseñaron, recordamos escasamente una pequeña nómina, y siempre a partir del siglo XIX. Frente a este desequilibrio, el presente libro es una apuesta por romper el sesgo androcéntrico en las materias de literatura en Bachillerato, que son, para el conjunto de España, Lengua Castellana y Literatura y Literatura Universal, de tal suerte que el alumnado que está a punto de entrar en la universidad tenga una visión de esa literatura que casi no se enseña: la que han producido las mujeres. Con esta obra se pretende demostrar la existencia clamorosa de este sesgo en las aulas y aportar una referencia de la literatura silenciada que debería aparecer en los programas educativos pero que hasta ahora es prácticamente invisible.

La generalización de voces femeninas en el currículum escolar es una tarea difícil, dada la tradición androcéntrica del saber académico, porque, como advierte Celia Amorós, «lo que se define como simplemente, genéricamente humano está impregnado de masculinidad de forma compleja. Desadherirlo de la masculinidad es por la misma razón una operación compleja». De hecho, el sesgo androcéntrico en los materiales didácticos por excelencia de los centros educativos, los libros de texto, es un fenómeno casi universal, considerablemente uniforme y persistente, hasta el punto de convertirse en un obstáculo apenas perceptible en el camino hacia la igualdad entre mujeres y hombres en la educación. Por eso este trabajo quiere contribuir a desbrozar dicho camino y promover con sus propuestas la equidad de género en la enseñanza de la literatura.